Una tras otra y etcétera.
Probablemente sea lo más triste que he hecho,
y aunque está no es una carta de despedida me gustaría que lo fuera,
sé que no sabes de que te hablo pero todo lo que escribo me parece deprimente,
y sé que me equivoque porque entre el verde y el azul,
siempre elegía el amarillo porque es tu favorito.
Me he quedado sin palabras.
Comentarios
Publicar un comentario