Carta suicida para nadie.

Para la persona que nunca me amo pero que yo siempre quise.

Una vez me preguntaste si alguna vez escribiría algo feliz,

aquí tienes tu final feliz.

Morir no es difícil si sabes que has estado vivo,

                        y no era porque tenías los ojos abiertos.
Sabes que una vez que te marchas, quiero pensar que no volverás porque cada vez que te alejas y sales de mi cama,  o no limpias mis sábanas, o los platos sucios pienso que no eres tan bueno como me quieres hacer creer.

Porque una vez que me dices que me quieres, todo lo que sale de tu boca me sabe a ruido, porque todas esas cañas en el bar de al lado se sienten como frías.

Porque sé que todavía estamos jugando a ver quien mea más lejos, quieres sentirte hombre, solo por lo que tienes entre las piernas.

Y no es fácil, porque hueles a vacío y a desesperación, que a veces tengo pena y deseo dejarte ganar.

Aunque eso no significa que, quiera que vuelvas, y me toques con todas tus mentiras, porque aunque te quiero no quiero palparme en tus labios.Porque me  gusta más como me toca el alcohol por las mañanas o como me sabe el humo de mis cigarrillos por la noche.


Morir no es fácil si sabes que has estado vivo,                                                                                         porque tenías los ojos abiertos.

Presos de pánico, me ahogas creyéndome precipicio, porque una vez que te marchas no hay mejor sabor que el de la agonía, que se desviste lentamente para luego entrar en mi cama.



Una vez que te vas, 
no sé a que huele la alegría.

Porque aunque la tristeza no me cunde por completo, tampoco sé lo que es la alegría, porque mi amor es como una huérfana(evidentemente sin padres) que no sabe cual es el principio de nuestra historia.
Porque esto nos lleva al final de nuestros sábados noches, en lo que lo único que no hacíamos era fingir.
Y puede que sea yo la que me equivoque y que todo esto no sea más que una pantomima que nos desespera y nos hunde, por complacer a la zorra de tu madre.

Porque aunque no me quieras, siempre quise un final feliz en el que no saliera yo.

Por esto y porque quererte nunca me supo a poco, decidí saborear la melancolía que si bien no corre por tus labios, puede que la encuentre lejos de esta jodida vida.

Morir es muy fácil si sabes que has estado vivo,                                                                                         porque no necesito un adiós para despedirme.





Comentarios

Entradas populares