Fingir no es dolor, es complicidad.
Me hiciste daño, mucho daño
Todas aquellas noches en las que te ibas y yo me juraba a mi misma que no volvería a perdonarte, o esos días en los que volvías, me hacía la dura, te perdonaba, me follabas y te ibas.
La de veces que me habrás engañado y yo aun siendo consciente te perdonaba y justificaba tus fallos, nunca volví a gemir el nombre de otro hombre que no fueras tú.
Cuando te ibas, me quedaba destrozada perdida como si no supiera quien soy, sentía que cada vez que te marchabas un trozo de mi se iba contigo y moría, por falta de calor, de cariño.
Y es que aún me acuerdo cuando de pequeña decía que si mi novio me ponía los cuernos no le perdonaría, le castraría si hiciese falta y ahora mírame sin identidad porque me lo has arrebatado todo, hasta las ganas de vivir.
Una vez se me ocurrió suicidarme, pero mi madre me pillo y me suplicó que no lo hiciera y era incapaz de hacerlo porque tu recuerdo me quemaba.
Me has jodido, llevo 8 años contigo y sé que eres malo, que no me quieres, sólo me utilizas, eres nocivo, me destruyes, me golpeas y aún así te quiero.
No me encuentro a mi misma,ya no me queda nada, mis amigas me odian porque me olvidé de ellas para dedicarme a ti, a mi familia le doy pena, por la calle me señalan con el dedo y se burlan de mi.
Y es cuando me pregunto si de verdad significo algo para ti, si de verdad llegaste a quererme o todo era fingido.
Me desgarra el alma saber que no me quieres, y que lo único que consigues es dañarme pero ni te inmutas, una vez te corres, te largas, te marchas y me dices que ya no me quieres, que no soy lo suficientemente buena y temo, temo por mi vida porque no es nada, temo porque siento que una vez tus palabras hirientes irán enserio y no vuelvas, temo porque no haya en algún futuro un nosotros.
Y luego tiemblo y pienso que volverás para abrazarme pero nunca lo haces,
a veces es duro y siento que lo que haces es joderme, tus palabras chocan y me golpean con odio y tu mirada se inunda de desprecio aunque cada vez que te araño la espalda terminas susurrando un te quiero y siento tu respiración tan cerca de la mía que se me olvida respirar, olvido el miedo que tengo, y el odio y desprecio que siento hacía ti.
Ahora, mi vida es horrible pero no solo porque hace sol, y no llueve sino porque llegue a estar obsesionada por ti y creo que me voy desenganchando, llevo 5 meses sin verte porque nunca te dignas cuando tienes a alguien mejor.
Ahora bebo y siento la dulce sensación de escozor en mi boca, me gusta y por eso me toco mis labios.
Al hacerlo recuerdo tus cálidas nalgas y como me perdía en ellas, tu olor no se desprende de mis sábanas aunque puede que sea porque aún no las he lavado y duerma abrazadas a ellas imaginándome que eres tú.
Y duele porque lloro cada noche, y no sabes lo terribles que son mis llantos porque siento que malgaste un año de mi vida en que llegarás a quererme y ni siquiera lo haces.
Mis lágrimas pasean por mi cara, como si estuvieran desfilando, me perdí el primer día que te fuiste, aunque me prometiste volver y dormir conmigo, es algo que no haces, me tocas, tocas mi cara queriendo darme un orgasmo cuando en este punto de nuestra situación me produces asco, pero dejo que lo hagas, gimes en mi oído un "te quiero princesa "y por unos instantes me lo creo, aunque sé que es mentira.
Semana tras semana te vomito un "Quiero que no vuelvas ",y me miras como si fuera otra, suplicante pequeño egocéntrico sabiendo que una vez más te abriré mi puerta y te daré mi cama.
Y me odio, me odio porque me destrozaste, estoy hecha trizas pero poco te importan mis sentimientos dado que siempre pensaste que tú ibas antes de todo.
Llegué a quererte tanto que si me lo hubieras pedido lo habría dado todo y dejado todo por ti, aunque me engañabas.
Un nudo se forma en mí garganta haciendo que mis palabras salgan atropelladamente y a borbotones un te odio se apodera de mi y te lo escupo a la cara y me miras con una mirada, una mirada que nunca pude ver en tu boca, ni detrás de tu nuca, me miras con amor creyendo que yo solo lo único que te queda.
Te vomito un no vuelvas y tú por primera vez me haces caso, siendo consciente que esto no tenía salida, no éramos felices aunque dejaste que lo creyera, te odio y odio lo que me dijiste y espero fríamente el día en el que te mueras para (poder) escupir sobre tu tumba, porque te lo mereces.
Tenía miedo, miedo a que te dieras cuenta de que no era lo suficiente para ti, por eso te perdonaba todo y al final me di cuenta de que tú no eras lo suficientemente bueno para los dos.
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