No quiero ser una virgen suicida.

Me encuentro desnuda, tendida en el suelo, mirando como la luz se cuela por el ventanal de la última planta del piso de enfrente.

Oigo un golpe seco, y pienso que eres tú yéndote; pienso que te jodan a ti y a tus ganas del querer ser el fuerte.

Siento algo metálico en mis labios, dejándome un mal sabor de boca y siento como se derrumba sobre mi barbilla llegando a mi pecho, ansioso.

Tú pequeño ególatra dejas en mi una sensación de derrota muy satisfactoria que no me es suficiente.

Me encuentro desnuda, mirando como un halo de luz atraviesa mi pecho, llenándome.

Pero el corazón no tiene un alma, ni la carne cubre al hueso, 

despiértame.

Despiértame porque mi ingenio no duerme, ni busco la melancolía, despiértame porque no voy de cama en cama.

Despiértame porque sé que llegará el día en el que no pueda más, y deje de ser inocente.

Añórame.

Añórame, porque tengo una vena sádica que me pone muy cachonda.

Y es triste porque siento como mi alma se desprende de mi cuerpo, mientras me hallo desnuda postrada ante una cama que seguramente no es la mía, porque no te quiero y por eso nunca pude dejar de quererte.

Añórame mientras sabes que estoy con otro, porque somos conscientes de que no soy tuya, porque no  soy como la última colilla de tu cenicero. 

Ódiame.

Porque no quiero que formes parte de lo que quiera que sea que estoy formando, ódiame porque Leonardo Da Vinci rezó" Quien no condena al mal, lo está alimentando", porque sé rodarán cabezas, porque te odio.Y siento que por primera vez soy consciente de que no te quiero, de que el alcohol me marchita, como las rosas al llegar Enero; y porque el humo me nubla la vista.

Me encuentro desnuda, tendida en el suelo, mirando como la luz se cuela por el ventanal de la última planta del piso de enfrente.

(Odiándome, porque sé que me quieres, porque la tristeza inundo mi cuerpo, alejándome del tuyo.)